Para este tiempo, la mayoría hemos nacido y crecido utilizando de forma muy normal los puentes, y es muy probable que no nos hayamos preguntado su origen. Así ocurre con la fe, algo normal, sin entender su origen necesario para el humano.
Para muchos, un puente es algo obvio en su utilidad. Pero no nos detenemos a pensar, sobre la facultad del ser humano que lo hace crear y trascender más allá de su presente y de sus límites; al utilizar su capacidad en la construcción de puentes. La fe es parte de la necesidad del humano, pero no nos detenemos a entender que Jesús es el ancla de nuestra existencia y de lo que hacemos.
Juan 14:6. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino es por mí.” No solo la salvación está sujeta a Cristo sino también nuestra capacidad, Él es nuestro puente a la vida eterna.
Creo que sería muy interesante estudiarnos a nosotros mismos, en todas las vertientes, hasta en las más obvias o insignificantes. Ya que podemos trascender y provocar cambios a través de la historia, sean positivos o negativos. Éxodo 35: 31 “y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, 32 para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, 33 y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. 34 Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac,
de la tribu de Dan; 35 y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.”
Solo en este pasaje bíblico, nos deja muy claro el origen de nuestra inteligencia, para la construcción de puentes, (por ejemplo) y el origen de nuestra fe para que perseveremos en el proceso.
Sobre los cambios o aportes, que como individuos podemos beneficiar a la sociedad y al mundo, es la parte central en que nos referimos cuando hablamos de puentes.El ser humano, aunque muchos no lo crean, es creado semejante a Dios (Génesis 1:26). Partiendo desde este punto, entonces podremos analizar esas facultades que nos ayudan a vencer obstáculos, a ver un poco más allá de su presente y a trascender límites. Pero que, a su vez, estas mismas facultades nos hacen extralimitarnos y a creernos invencibles en muchas ocasiones.
Mucho cuidado con esto no sea que nos ocurra como al Rey Nabucodonosor. (Daniel 4:30-31). Ahora bien, enfocados en nuestro tema, el origen de los puentes está en esa necesidad de vencer un obstáculo o derribar una barrera para expandirnos. Eso es extraordinario porque nos desarrollamos y avanzamos, así como creció Jesús (Lucas 2:52), también nos lleva a adquirir soluciones y multiplicar bienes. (Mateo 21:21-22).
Si te pones a investigar, el puente fue creado siglos atrás, para conectar dos puntos o lugares, separados por un río, un valle, etc.; que sencillamente son accidentes geográficos naturales que provocan separación en el terreno. Pero esta creación natural, es la que lleva al hombre a lo desconocido al cruzar al otro lado, creando un puente y expandir territorio.
En Hebreos 9:15 nos enseña que Cristo vino hacer ese puente hacia nuestra redención para la vida eterna. Ya que, en la creación original del hombre, en el huerto del edén, existía una conexión directa con Dios. Y, a causa del pecado de Adán y Eva provocó una separación entre Dios y el hombre, originando una fuerte necesidad espiritual que no puede ser llena en lo terrenal. Gracias a la muerte de Cristo en la cruz del Calvario pudo ser restablecida. 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre”.
También en nuestra vida espiritual necesitamos desconectarnos de nuestra realidad y tomar un descanso.
Como en Marcos 4:35 vemos cuando Jesús invita a sus discípulos a cruzar al otro lado para evitar la multitud. Nosotros a veces necesitamos cruzar a lo desconocido, no solo para desconectarnos de un estilo de vida o una carga, sino también para quitar barreras que nos limitan a la intimidad con Dios y recobrar fuerzas; donde además de formarnos, Dios desea que atravesemos la tormenta. Y en medio de esta conozcamos su poder, desarrollando así, nuestra confianza en Él.
Ahora bien, esa necesidad de conocer lo desconocido, provoca vencer obstáculos, cruzar valles o ríos. (Filipenses 4:13). Lo que, a su vez, lleva al hombre a utilizar su facultad semejante a Dios, en la creación de puentes, de forma literal o metafórica.
Me explico, literal porque el puente conecta dos puntos de un camino venciendo estos accidentes geográficos; y de forma metafórica, porque una persona puede ser un puente para el desarrollo, por sus facultades e inteligencia. Como representantes de Cristo en la tierra, nosotros podemos ser ese puente para la salvación de las almas. (2 Corintios 5:18).
Si miramos nuestra realidad a través de la historia, podemos ver el desarrollo y evolución de los puentes alrededor del mundo. Construidos en lugares remotos y a simple vista imposibles. Que cruzan gran parte del océano, como cruzar de una montaña a otra, a pesar de la distancia. Y a esto agregando el factor de resistencia, tamaño y durabilidad a través del tiempo y tormentas naturales.
A nosotros Dios nos creó con la resistencia de sus promesas, como dice en Apocalipsis 2:26 “Al que
venciere y guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones.” En la misma historia podemos ver el origen y evolución del Evangelio de Cristo. Cómo hombres de Dios marcaron precedentes, rompieron parámetros de incredulidad, etc., sirviendo de puente para la expansión del cristianismo en la tierra. Dios les dio la capacidad y la fuerza que necesitaba para que la obra no se detuviera. (1 Josué 1:9 y Daniel 10:18-19).
Aun, en el día de hoy, individuos han sido el puente, no solo de conectar culturas, desarrollo económico, políticos o científicos, sino también poniendo en alto la palabra del Evangelio de Cristo. Tú, siendo joven y con Dios de la mano, podrás hacer esto y más.
Sin tomar en cuenta la forma, el tamaño, el material que esté hecho el puente o cual sea su alcance, no dejará de ser un puente que te llevará a ti y a muchos al otro lado venciendo obstáculos. No te afanes, enfócate; que tus sueños u objetivos sean crear ese puente, que te lleve a ti y a los demás a desarrollarse y alcanzar sus metas como instrumentos de Dios. 1 Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina;persiste en ello, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
Asegúrate de buscar esa guía en Dios, para que este puente pueda resistir toda tormenta permaneciendo a través del tiempo por generación. Pues en la tierra nosotros representamos a Cristo, lo que indica que somos ese puente para que multitudes alcancen la salvación.
Mateo 7:7-8 “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abre”. Y en Mateo 12:37 “porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado”. Si te enfocas, persistes y resistes en Cristo la gracia y el poder de Dios te acompañarán. Y crearás un puente en lo terrenal y en lo espiritual por generación con objetivos eternos